Andalucía una vez más

Partamos de una premisa: La política actual en España es una mierda, así de claro. Vamos a concretizar ahora en Andalucía: Es más mierda aún.

Procedo a desgranar un poco el arco político actual de la Comunidad Andaluza:

-          PP y PSOE: Los dos partidos “nacionales”. Ideologías diferentes y en la práctica iguales. No voy a entretenerme en ellos.

-          IU: La verdadera izquierda (hasta que se demuestre lo contrario) Una coalición de partidos donde el 90% por lo que se lo aglutina el Partido Comunista y conformados en una federación compuesta por las distintas regiones en España.

Sus planteamientos son populares y dirigidos a las clases obreras o clases medias y bajas. Propuestas en muchos casos utópicas y que pueden lanzarlas a sabiendas de que no van a gobernar y que por tanto, no tienen que llevar a cabo íntegramente su programa y no va a “traicionar” a su electorado. En muchos casos se les necesita para formar gobierno (local, autonómico o nacional) y saben que no pueden “imponer” su programa por lo que siempre son bien vistos.

-          Partidos que no ostentan representación en el edificio del antiguo Hospital de las Cinco Llagas: Realmente es donde quiero llegar. Existen numerosas formaciones de muy distinto corte político, pero me voy a centrar en uno que es el Partido Andalucista. No es protagonista aquí por la formación, sino por el espacio electoral que ocupan:

En las dos últimas elecciones no han conseguido ni un solo escaño. Ha sufrido numerosas escisiones siendo la última y más conocida cuando Pedro Pacheco fundo el PSA (Partido Socialista Andaluz). En estos últimos años han ido cambiado de cabeza electoral sin conseguir resultados positivos, es más, han ido a peor. Me aventuro a decir que los electores ni saben realmente si son progresista o conservadores y es posible que ni el propio partido lo sepa, derivándolo a su separación o refundación.

Andalucía históricamente no ha sido una Comunidad con ideas nacionalistas o separatistas. El sentimiento que se palpa entre su gente no es el de tener un Estado propio como puede ocurrir en Cataluña, País Vasco o Galicia. Se siente orgullosamente como una parte importante de España… pero eso es como digo, sentimiento.

Andalucía se siente huérfana, sin un partido que la represente sin ningún otro interés que no sea precisamente Andalucía. Creo (imperiosamente) necesario la creación de un partido, llamémosle “regionalista”, que únicamente se presente en Andalucía, que su sentimiento no sea nacionalista ni desvariamientos de ese estilo. Que su ideología se centre en la población que vive y padece dentro de las fronteras que delimitan las 8 provincias que la componen y de las personas que han nacido aquí y que por cualquier circunstancia haya tenido que emigrar.

Para ello, sería fundamental personas con práctica en la política, que no tuvieran “hipotecas” pasadas y que no quisieran unirse a este proyecto porque no han tenido cabida en otros partidos o porque quieren aprovechar este nuevo “partido” para poder vivir de la política. Una de las personas idóneas para liderar esta nueva ola sería Manuel Pimentel, que en su día intentó llevar a cabo esta propuesta pero que se quedó en el camino (desconozco el porqué) pero que con el debido apoyo, de seguro tendría un hondo calado. Esta nueva formación debería fundarse ya, con vistas a las elecciones municipales dentro de tres años y para las elecciones andaluzas dentro de cuatro, para que diese tiempo a poder llegar a los votantes, a que conozcan un futuro programa y que pueda inclusive tener representación en las Cortes españolas para que la voz de Andalucía tuviera presencia. Los diputados actuales que representan a Andalucía en el Congreso son del PP y PSOE y como tales, tienen que seguir directrices nacionales que puedan tener otros intereses muy diferentes a Andalucía.

Y para finalizar, la gente no puede vivir de ideas: La mente podrá pensar siempre y cuando el estómago esté alimentado. Con esto quiero decir que no deben de caer en ideales o principios utópicos, la gente necesita practicidad y poder resolver sus problemas: trabajo, hipoteca, educación, sanidad, etc.

Que no caiga en saco roto…