Un tema muy de actualidad es la celebración de la Final de la Copa de S.M. el Rey esta misma noche, que enfrentará a F.C. Barcelona y Athletic Club de Bilbao, es decir: un club catalán contra uno vasco. Aún seguía en la retina aquella final de 2009 jugada por los mismos equipos, cuando sonó el himno nacional y se produjo una enorme pitada.
Durante estos días se ha producido una cadena de comentarios totalmente fuera de lugar, tantos de un sitio como de otros, empezando por representantes de partidos nacionalistas e independentistas que apoyan a que se silbe el himno de España.
Creo en mi opinión que ésta oportunidad era perfecta para estos partidos de cara a la opinión pública nacional de pasar de hooligans o chirigotas a verdaderos políticos serios y respetuosos: Habrían subido un peldaño si en vez de formentar actitudes de rechazo y exclusión hubieran pedido respeto a la simbología existentes, ese mismo respeto que ellos exigen para con sus banderas, escudos, himnos, lengua, etc. Sin embargo una vez más se muestran como lo que son: que cada uno le ponga su calificativo.
De Doña Esperanza Aguirre ni hablo, simplemente ha utilizado el tema para desviar la atención del déficit de su Comunidad y sus propios comentarios la califican por sí sola.
Entre tanto se escuchan unas palabras cuerdas, con todo el sentido común y elegantes de una persona que es protagonista del partido de fútbol (parece que se nos olvida que es un evento deportivo), Josep Guardiola en las que pide respeto para el himno, que no se vulnere la libertad de expresión y lamenta la no asistencia de la presidenta de la Comunidad de Madrid... y esto es un ejemplo que nacionalista no significa irrespetuoso...

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